Entropión

• Involutivo o senil: es el tipo más frecuente y sólo ocurre en el párpado inferior. Se debe también al exceso de laxitud de los tejidos que sobreviene con la edad. La laxitud de los retractores del párpado inferior junto con la laxitud horizontal del mismo, hacen que el párpado rote y se invierta.
• Espástico: se produce normalmente cuando hay una posición como de defensa con los párpados contraídos en respuesta al dolor o inflamación de los ojos que puede aparecer tras algunas intervenciones quirúrgicas de gran magnitud o tras traumatismos severos. Esta posición “entrecerrada” con los párpados contraídos es la que desencadena que el borde del párpado rote y las pestañas se metan hacia adentro empeorando las molestias y produciendo un círculo vicioso si no se trata. El empleo de unas suturas que tensan los retractores (suturas de Quickert) soluciona de manera rápida el problema del roce de las pestañas mientras se resuelve la causa que lo ha originado.
• Cicatricial: aunque es menos frecuente que el involutivo, hay diversas causas que lo pueden originar como quemaduras, enfermedades cicatriciales como el penfigoide ocular o el síndrome de Stevens Johnson y también en zonas endémicas infecciones como el tracoma. Siempre que hay un entropión del párpado superior, éste será de causa cicatricial.

El tratamiento del entropión es siempre quirúrgico y consigue excelentes resultados en el caso del entropión involutivo. La cirugía que se practica es una reinserción de los retractores del párpado inferior, generalmente combinado con una tira tarsal lateral.

El ectropión cicatricial es el que requiere un tratamiento quirúrgico más complejo siendo necesario en los casos más severos el empleo de injertos.