Las infecciones oculares más comunes

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Tanto los ojos como la zona periocular pueden verse afectados por bacterias, hongos, virus o parásitos. A estos problemas se les conoce como infecciones oculares. Las más leves son las más frecuentes y suelen provocar picor, escozor y enrojecimiento. Se trata de procesos frecuentes que pueden ocurrir en distintas partes del ojo y que pueden afectar a uno o ambos ojos. Sin embargo, hay algunas infecciones potencialmente graves, las cuales, si no son detectadas y tratadas a tiempo, pueden provocar pérdida importante de la visión.

Son una patología de fácil prevención y, con el tratamiento adecuado, la mayoría de infecciones oculares puede tratarse de forma exitosa. En Fernández Casas Oftalmólogos te damos a conocer las infecciones oculares más frecuentes, sus causas, sus síntomas y te daremos consejos sobre cómo prevenirlas.

Síntomas de infecciones oculares

Los síntomas serán diferentes dependiendo del tipo de infección ocular que nos afecte. Algunos de los síntomas más frecuentes de las infecciones oculares son:
  • Ojo rojo
  • Secreciones o legañas, sensación de ojo pegado
  • Alta sensibilidad a la luz (fotofobia),
  • Sensación de ardor o escozor
  • Hinchazón
  • Picor
  • Sensación de tener alojado un cuerpo extraño dentro del ojo.
  • En los casos más graves: dolor ocular o visión borrosa


Se recomienda que, siempre que se detecten algunos de dichos síntomas y se sospeche que se ha contraído una infección ocular, acudamos a un especialista con el fin de someternos a un examen ocular. De esta forma podremos conocer con exactitud la causa del problema y recibir el tratamiento adecuado. El paciente nunca debe tratarse por su cuenta, ya que puede empeorar la infección e incluso provocar futuros problemas en la visión.

Infecciones oculares más frecuentes

Las infecciones oculares pueden afectar a personas de cualquier edad y muchas de ellas comparten algunos de los síntomas que mencionamos previamente. Cada una de ellas tiene su propio tratamiento y pueden prevenirse siguiendo las pautas adecuadas. La gran mayoría de infecciones oculares no implican gran riesgo para la salud del paciente, aunque pueden ser muy molestas e incómodas para el usuario.

A continuación, veremos algunas de las infecciones oculares más frecuentes:

Conjuntivitis infecciosa: la infección ocular más frecuente. La conjuntiva es la membrana delgada y transparente que cubre la parte blanca de los ojos y el interior de los párpados. Entre las conjuntivitis infecciosas podemos encontrar las conjuntivitis bacterianas (causadas por bacterias) y las conjuntivitis virales (causadas por virus y que pueden llegar a ser altamente contagiosas). Los pacientes con conjuntivitis suelen presentar enrojecimiento ocular, secreciones o legañas, escozor y sensación de cuerpo extraño en el ojo.

Blefaritis: infección del borde del párpado y de las glándulas sebáceas que están contenidas en él por bacterias o ácaros. Se presenta como irritación, escozor y enrojecimiento del borde del párpado y secreciones o escamas en la raíz de las pestañas. Muchas veces hay asociado un bloqueo de las glándulas sebáceas del interior del párpado que favorecen la cronificación de la infección y la aparición de orzuelos.

Orzuelos: Se origina por una infección bacteriana de las glándulas sebáceas del borde del párpado y se manifiesta como un pequeño bulto en el borde del párpado (inferior o superior) que causa hinchazón, dolores y molestias en el paciente. Podemos distinguir entre orzuelos internos o externos, dependiendo de dónde esté localizado.

Queratitis infecciosa: En este caso la infección afecta a la córnea, capa transparente que se sitúa delante del iris y la pupila. Se presenta frecuentemente con disminución de visión, dolor ocular, enrojecimiento de la zona y una mayor sensibilidad a la luz. En la mayoría de los casos la infección de la córnea viene dada por una bacteria o un virus y son las infecciones más peligrosas del ojo, con riesgo de pérdida de visión.

Uveítis infecciosas: Las infecciones también pueden causar inflamación en la úvea, zona que incluye distintas partes del ojo como el iris, el cuerpo ciliar y la coroides. Entre los pacientes con uveítis es común la aparición de síntomas como la visión borrosa, el enrojecimiento de la zona, la sensibilidad a la luz y dolor ocular. Puede ocurrir también que los síntomas iniciales sean moscas volantes y disminución de visión, en casos de uveítis de de la parte posterior del ojo.

Prevención de infecciones oculares

Existen diversas pautas de higiene que podemos seguir para prevenir muchas de las infecciones oculares más comunes que conocemos.

Esta higiene comienza por un correcto y frecuente lavado de manos con agua y jabón antes de tocar los ojos o la zona cercana a los mismos. En las manos se acumulan gran
cantidad de microorganismos que podrían trasladarse a nuestros ojos si no realizamos un buen lavado de manos antes del contacto.

Es aconsejable también evitar compartir objetos que puedan entrar en contacto con los ojos, como pueden ser toallas, sábanas, maquillaje e incluso las gafas. Cambiar y lavar las
toallas y sábanas con frecuencia es importante para evitar la acumulación de patógenos en ellas.

Deben tener especial cuidado las personas que utilicen lentes de contacto, siendo necesario respetar sus tiempos de uso y su correcto cuidado y manipulación. Recordar que no recomendará en ningún caso el baño con lentillas ya que podría incrementarse el riesgo de infección.

Se recomienda el uso de gafas protectoras si, por ejemplo, en nuestro entorno de trabajo existe polvo, partículas o algún tipo de material peligroso.

Por último, las personas que padezcan de ojo seco corren mayor riesgo de contraer una infección ocular por lo que es recomendable para ellos mantener el ojo hidratado con lágrimas artificiales o aplicar el tratamiento previamente indicado por el oftalmólogo.

Tratamiento de infecciones oculares

Muchas infecciones oculares no suponen gran riesgo para nuestra salud, algunas de ellas se pueden incluso resolver espontáneamente o con un tratamiento mínimo. Sin embargo, otras precisan de un tratamiento más específico.

Es muy frecuente que los tratamientos consistan en la aplicación de gotas o pomadas oftálmicas antibióticas. Además, dependiendo del tipo de infección y las causas que la provoquen, es posible que su especialista en oftalmología opte por medicamentos antivirales o antibióticos de ingestión oral.

Puedes solicitar una cita con el equipo de profesionales de Fernández Casa Oftalmólogos. Nosotros evaluaremos tu situación y te ofreceremos una consulta personalizada para aportarte las mejores soluciones para tu caso.

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