Oftalmoconsejo | Niños y gafas de sol

Niña con gafas de sol

Es curioso observar como la sociedad está muy concienciada con la protección de la piel de los más pequeños pero no de sus ojos. Mientras que los adultos suelen llevar con mucha frecuencia gafas de sol, es raro ver a niños pequeños que las lleven. De hecho, una imagen habitual en un día soleado es ver a una familia en la que los padres llevan gafas de sol pero los hijos no.

En este consejo vamos a explicar por qué es tan importante proteger los ojos de los más pequeños.

Antecedentes

La radiación ultravioleta del sol daña los tejidos oculares de manera muy similar a como lo hace en la piel. Por un lado, produce un envejecimiento prematuro de los tejidos debido al estrés oxidativo que produce dicha radiación. Mientras que en la piel esto se traduce por una aparición más precoz de las arrugas, la exposición solar intensa hace que, por ejemplo, el cristalino del ojo envejezca perdiendo su transparencia y apareciendo lo que conocemos como cataratas a una edad más temprana. Es por esto que en algunos países de África, la población sufre cataratas a edades tan tempranas como los 35 años. La degeneración macular asociada a la edad es otro ejemplo de enfermedad ocular en la que el sol juega un papel protagonista. La mácula es la zona más sensible de la retina y la que proporciona la visión de precisión. Pues bien, la mácula envejece de manera prematura en aquellas personas que han estado muy expuestas a la radiación ultravioleta sin gafas de sol. Mientras que las cataratas se pueden operar y recuperar así toda la visión perdida, la degeneración macular asociada a la edad, aunque tiene tratamiento, a día de hoy no consigue recuperar toda la pérdida de visión.

Además de lo anterior (y una vez más al igual que ocurre en la piel), la radiación ultravioleta se asocia a la aparición de cáncer en distintas estructuras de los ojos. Puede favorecer la aparición de carcinomas conjuntivales y también de melanomas tanto en conjuntiva, iris o coroides. Mientras que la piel clara es la de mayor riesgo por tener menos pigmento, análogamente, los ojos con más riesgo son los ojos azules por tener también menos pigmento, teniendo así menor capacidad para bloquear la radiación ultravioleta.

¿Y por qué los niños son más vulnerables?

Hay fundamentalmente 2 factores que hacen que los niños sean más vulnerables. Por un lado, los niños suelen tener un tamaño de pupilas mayor que el que tienen los adultos. Al ser sus pupilas más grandes, la cantidad de luz (y de radiación ultravioleta si no llevan gafas) que entra en el ojo es mucho mayor. El segundo motivo es que el cristalino de los niños es máximamente transparente por lo que no ejerce la función de “filtro” que ejerce en los adultos cuando el cristalino ya no es tan transparente. Por tanto, la cantidad de radiación que llega a la retina es mayor en los niños. La conjunción de estos 2 factores hace que esté demostrado que el 80% de la radiación ultravioleta que acumula un ojo, lo hace en los 18 primeros años de vida.

¿Cómo protegemos entonces a los más pequeños?

La mejor manera de protegerles es poniéndoles gafas de sol tan pronto como sea posible. Habitualmente, es difícil poner una gafa de sol a un niño menor de 3 años por lo que en estos casos la recomendación es poner una visera siempre que vaya a estar expuesto al sol. Las viseras dan sombra en los ojos y al menos protegen de los rayos de luz más verticales. Como se ha comentado anteriormente la protección más completa la ofrecen las gafas de sol. Éstas protegen de los rayos de luz verticales, de los horizontales que se producen al amanecer y al atardecer, y muy importante, también de la radiación que llega reflejada de la arena, el agua o la nieve.

¿Vale cualquier gafa de sol?

La respuesta es tajantemente NO. Deben ser siempre gafas homologadas y con filtros adecuados a la actividad o ambiente en el que se mueva el niño de manera habitual. Por ello, las gafas de sol deben ser adquiridas en las ópticas, en primer lugar, porque tienen categoría de establecimiento sanitario y se garantiza así que los productos que se venden cumplen con los requisitos exigidos y, en segundo lugar, porque al frente de las ópticas hay profesional especializado que ofrecerá un asesoramiento preciso en cada caso.

¿Hay gafas de sol que puedan ser perjudiciales?

, por desgracia, existen gafas de sol que no cumplen con los mínimos y que por tanto son peligrosas. Las gafas no homologadas suelen tener lentes que producen aberraciones ópticas y con ello pueden ocasionar sensación de mareo. Sin embargo, lo más importante es que este tipo de gafas no suelen tener lentes buenos que filtren la radiación ultravioleta como es preciso. Además, es habitual que tengan lentes bastante oscuros, lo cual hace que las pupilas se dilaten más y entre aún más radiación en el ojo sin filtrar, siendo en estos casos más perjudicial llevar estas gafas que ir sin nada.

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